Los próceres argentinos

Por Gustavo Lamouret. Docente e historiador

¿Quiénes son nuestros próceres? ¿A quiénes se destaca y por qué? ¿Cuáles fueron olvidados?

La Historia Oficial ha venido exaltando a un puñado de grandes hombres como los constructores de la Argentina, entre los cuales resaltan las figuras de Bernardino Rivadavia, Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre. 

Precisamente Mitre fue el principal impulsor de esta historia, al que se le debe su bibliografía básica y su ideología. 

Su denominación como “oficial” se debe a que se enseñó durante muchos años en los diversos niveles de la enseñanza, porque es la que predominaba en los medios de comunicación, presente indiscutida en los discursos y la iconografía oficial, y porque fue impuesta en las estatuas de las plazas, en las demonicaciones de calles y localidades, y hasta en los billetes.

Con un enfoque ideológico liberal-conservador, su liberalismo hace eje en lo económico con el libre juego del mercado y la apertura al exterior, pero que se vaciaba del contenido democrático que tuvo la revolución francesa para impregnarle una concepción elitista y antilatinoamericana, culturalmente europeizada.

Ofreciendo una visión de nuestro pasado desde la óptica de las élites dueñas del país de fines del Siglo XIX, no solo legitima el pasado de las clases dominantes, sino que se consolida políticamente y apostó a perpetuarse en el futuro al someter a su concepción al resto del país. 


En el panteón de sus próceres, la historia oficial coloca también, aunque previamente deformados y vaciados de contenido, a San Martín, Moreno, Belgrano y Alberdi. Esta historia los junta y los hace parecer compartiendo proyectos y amistades, cuando no fue así la realidad. San Martín y Rivadavia se odiaban, Moreno también era un anti-rivadaviano, y el mismo sentimiento de odio existía entre Alberdi y Mitre.

Lo que nunca pudo ocultar esta ideología era el desprecio por todos aquellos caudillos federales, las “chusmas”, representantes para esta élite del antiprogreso, lo irracional, lo ignorante y la barbarie. Justamente lo mismo que pensaban del pueblo en general.

La imagen muestra nuestros actuales billetes y los australes, de la época alfonsinista. Ahí desfilan Mitre, Roca, Sarmiento y Rivadavia... (siempre presentes), San Martín y Belgrano... (imposibles de ignorar), y una figura que se “coló” y que provocaría la ira de aquellos mitristas: Juan Manuel de Rosas, la “barbarie” en persona, el gran odiado por estos relatos históricos y que necesitó de toda una nueva corriente historiográfica, como fue el “revisionismo rosista”, para poder “limpiar” en algo su imagen, si así puede calificarse a una operación político-ideológica que dura hasta nuestros días.

 
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