Inseguridad: la sensación del miedo

Analizar las causas de la inseguridad es ingresar en un extenso análisis dominado más por las causalidades que las casualidades. Si bien vale aclarar de que gran parte de la retransmisión de los sucesos delictivos en los medios de comunicación es adrede y masifica la realidad, también es cierto de que ya existe una cierta sensación de inseguridad o, mejor dicho, de una cada vez más violenta ola delictiva.

Los dos últimos casos -uno en Villa Luro la semana pasada y otro en Montecastro, hace 24 horas- demuestra el grado de violencia en los robos que terminan en asesinatos y situaciones muy violentas. Ante esto, se genera la reacción de la sociedad, enojada y con temor, y la reacción del Gobierno, muy limitada en cuanto a verdaderas soluciones.

No sólo Buenos Aires es más violenta. Si bien el nivel de seguridad es mayor en otras ciudades de Europa, Asia o el Caribe, la violencia va en aumento en hechos cotidianos como robo de automóviles, ingreso a la propiedad privada y delitos en la vía pública. Soluciones mágicas no hay, pero soluciones a mediano y largo plazo deberían de existir.

La pregunta es si hay decisión política de hacerlo. Evidentemente, no. La indignación es saber que existen los recursos pero nadie los utiliza. ¿O alguien imagina a un futuro presidente, de otro partido, agradeciendo las medidas empleadas por un verdadero gobierno años atrás?

 
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